El 15 de septiembre de 1965 comenzó en Kurhaus la conferencia de dos semanas de la Federación Mundial de Ajedrez. Alrededor de la mitad de las 65 asociaciones miembros enviaron delegados a la ciudad balneario para discutir nuevas reglas para los partidos por el título y problemas del trabajo diario, así como para cultivar amistades y contactos entre sí.

En la recepción ofrecida por el presídium de la Federación Mundial de Ajedrez en el salón de baile del ayuntamiento, el alcalde Buch se mostró encantado de que la ciudad balneario hubiera sido elegida como sede del primer congreso de este tipo en suelo alemán. Como ajedrecista aficionado, se mostró entendido y destacó el efecto unificador de una asociación con más de cinco millones de miembros en todo el mundo.

El presidente de la organización, el sueco Bror Rogard, agradeció a Buch su cálida acogida y sus amables palabras. Hizo hincapié en el respeto y la equidad mutuos como principales preocupaciones de la asociación y, por tanto, requisitos previos para la coexistencia pacífica de los pueblos. A continuación, los responsables del ajedrez firmaron el Libro de Oro de la ciudad.