Escena del crimen: patio del colegio. Ferdinand, de once años, arranca dos incisivos de la barra de mascar de Bruno, de la misma edad. Un incidente subóptimo que reúne a los padres de ambos chicos para una discusión clarificadora. Al fin y al cabo, son adultos civilizados, diplomáticamente elegantes y serios.

Una taza de café de porcelana, unas palabras amistosas y todo vuelve a estar bien. O eso cree usted. Pero las cosas no funcionan así entre los padres de Ferdinand y Bruno. Primero hay bromas, luego se sueltan palabras completamente distintas, una mano llega... no a la copa, sino a la garganta del otro.

Con un humor diabólico y una precisión despiadada, la autora Yasmina Reza refleja nuestra sociedad burguesa, que se debate entre el buenismo ilustrado y la competencia egoísta. Por muy blandos que seamos, al final sólo prevalecerá uno: el Dios de la Carnicería.