El Warme Damm está rodeado por el Teatro Estatal de Hesse, la Wilhelmstraße y la Villa Clementine. Es un parque con un estanque, hermosos árboles y un amplio césped para relajarse. Es mi lugar favorito de Wiesbaden.

El Warme Damm está a mis pies durante mi trabajo diario en la oficina. Cuando miro por la ventana, veo el verdor del parque y la fachada de Villa Clementine, la casa de la literatura de Wiesbaden. No sólo autores galardonados, sino también jóvenes artistas de talento disfrutan aquí como huéspedes en el elegante ambiente de la villa historicista. También se celebran aquí festivales literarios.

La villa, construida entre 1877 y 1882, sirvió de residencia al propietario de una fábrica de Maguncia y a su esposa Clementine. Más tarde se convirtió en parte de una trágica historia cuando el príncipe heredero de Serbia, que vivía en la villa con su madre tras huir, fue secuestrado por su padre. En 1978, la novela "Los Buddenbrook" se rodó como serie de televisión en Villa Clementine.

Las vistas inspiran mi trabajo creativo y el Warme Damm me sirve de lugar para hacer una pausa para comer y recargar las pilas. Si se pasea por el parque a lo largo de los sinuosos senderos, de vez en cuando se oye el inusual canto de los pájaros. Son periquitos de collar verde que llegaron a Wiesbaden en los años setenta. El estanque sirve de hábitat a numerosas aves acuáticas. Algunos de los árboles que crecen aquí son muy viejos. También hay árboles raros como el avellano de bruja y el ginkgo.

Una vez en el otro lado, se llega al monumento a Schiller y a la fachada del Teatro Estatal de Hesse.

Con un poco de imaginación, se puede imaginar a los huéspedes del balneario paseando por aquí y a los carruajes viajando por la Wilhelmstraße que pasa por delante.

Por cierto, el nombre "Warmer Damm" tiene raíces históricas. Resulta difícil creer que aquí se reunían varios arroyos y fuentes termales y que la zona era pantanosa. Una presa separaba la zona de la ciudad. Hoy, todo discurre bajo tierra. La transformación en parque urbano tuvo lugar a mediados del siglo XVIII y el Warme Damm se convirtió en la entrada a las instalaciones del balneario.

En otoño, el Warme Damm acoge la fiesta anual de la cosecha. Se trata de una fiesta tradicional especialmente popular entre las familias. Los productores agrícolas presentan y venden sus productos. Hay numerosas atracciones para los niños.

Estimados oyentes, si alguna vez vienen a Wiesbaden, ¿por qué no dan un paseo por el Warme Damm y disfrutan del verdor de éste y otros muchos parques de Wiesbaden?