Ruinas del castillo de Königstein
El actual monumento de Königstein se construyó en el siglo XII -en tiempos del rey Barbarroja- para proteger la que fuera importante ruta comercial entre Fráncfort y Colonia, antes de que los condes de Stollberg convirtieran el castillo en fortaleza en el siglo XVI. Durante las Guerras Revolucionarias, la fortaleza sufrió graves daños a manos de las tropas francesas en 1796. Sin embargo, los historiadores sospechan que el nivel actual de destrucción se debe más bien a la población de Königstein: se dice que la población local adquirió materiales de construcción para numerosas casas del actual casco antiguo.
En 1922, Hilda von Baden, hija del último rey de Nassau, donó finalmente las ruinas a la ciudad de Königstein.
La mayoría de las bodegas de las ruinas aún se conservan en buen estado, por lo que pueden visitarse y explorarse. Sobre todo las oscuras bóvedas y arcos, así como el romántico patio interior, acentúan el extraordinario encanto del castillo. Destaca especialmente la torre accesible, que ofrece una maravillosa vista del Taunus y de la llanura Rin-Meno.
La visita merece especialmente la pena en los meses de verano: en esta época del año se celebran numerosos eventos -la mayoría al aire libre- que van desde torneos de caballeros, eventos musicales y cinematográficos hasta el festival del castillo.